Cuando hay una sobrecarga, un acortamiento o una contractura en el músculo piramidal se produce el síndrome del piramidal. La sobrecarga oprime al nervio ciático, que pasa por debajo del músculo y produce dolor en el glúteo, el muslo, la pierna y el pie. A veces, incluso afecta a la ingle, el periné y la cadera.
Estas situaciones pueden causar síndrome del piramidal:
El músculo piramidal o piriforme es uno de los seis rotadores cortos que tenemos en el cuerpo. Se encuentra en la parte más profunda de la zona glútea (entre el hueso sacro y el trocánter mayor) y se cruza perpendicularmente con el nervio ciático.
La principal función del piriforme es la rotación externa de la cadera, dando estabilidad a esta articulación por su parte posterior. También ayuda a la separación de cadera cuando esta se encuentra en flexión de 90° y, desde esta posición, funciona como rotador interno.
Muchas veces, los síntomas descritos por el paciente son similares a los que produce la ciática o el dolor lumbar, por lo que pueden confundirse. El síndrome del piramidal es más leve que las otras dos patologías, aunque será un especialista quien determine el tipo de dolencia.
Los signos más habituales del síndrome del piramidal son estos:
La fisioterapia es el tratamiento más efectivo para relajar el músculo y aliviar los síntomas.
Por otro lado, la prevención es muy eficaz para evitar esta dolencia.
El Hospital de la Serranía (Ronda) encontró que la terapia física mejora en un 64% los síntomas.
Esta rutina de estiramientos ayuda a aliviar la sobrecarga del piriforme y a reeducar postura. Puede hacerse en casa y apenas llevará 10 o 15 minutos.
1. Estiramiento completo. Siéntate en el suelo, en la posición del indio. Lleva la pierna derecha hacia atrás y coloca la rodilla de la pierna doblada en línea recta con tu cadera. Mantén esta posición unos segundos y cambia de pierna. Haz tres series de 30 segundos con cada pierna.Te recomendamos Lavandes - Mejores productos de belleza
2. Sobre una silla. Sentado, lleva un pie sobre a la otra pierna y doblando la rodilla. Inclina el cuerpo adelante, sin arquear la columna ni levantar las nalgas de la silla. Aguanta unos segundos en esta posición y vuelve a la posición inicial. Cambia de pierna y repite tres veces con cada una.
3. Estiramiento lumbosacro tumbado. Flexiona la cadera y la rodilla de ambas piernas y empújalas hacia el pecho. Aguanta aquí 30 segundos. Haz 4 repeticiones. También puedes empujar una pierna hacia el pecho y mantener la otra estirada y repetir con la otra pierna.
4. Estiramiento lumbosacro en el suelo. A cuatro patas, flexiona las rodillas y las caderas hasta sentarte sobre los talones. Desliza las manos hacia delante al finalizar el movimiento del músculo piramidal. Aguanta 20 segundos y vuelve a la posición inicial. Repite tres veces más.
Esta rutina de estiramientos puede ayudarte a fortalecer el músculo piramidal y prevenir posibles lesiones. No obstante, antes de realizarlos es conveniente que te asesores por un fisioterapeuta, quien valorará cuáles son tus necesidades y los movimientos más adecuados para ti.
Síndrome del músculo piramidal. Diagnóstico y tratamiento. Presentación de 14 casos. J.L. Ruiz-Arranz, I. Alfonso-Venzalá y J. Villalón-Ogayar. Revista Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. 2008. https://www.dolorenap.com/wp-content/uploads/2019/09/Sindorme-del-musculo-piramidal-ruiz-arranz.pdf
Estiramiento del músculo piramidal. Top ejercicios
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2025-01-20



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