La dependencia emocional hace referencia al comportamiento en las relaciones afectivas en el que se establece un vínculo supeditado siempre a la pareja, lo que nos limita como personas autónomas. Esta situación es causante de sentimientos de inferioridad y una gran infelicidad.
Las personas con dependencia emocional presentan un intenso miedo a la soledad, vulnerabilidad al rechazo y temor a que las dejen de querer. Además, las personas dependientes son personas que presentan una baja autoestima, por lo que dependen, en gran medida, de la aprobación de los demás. En pareja, esto se traduce en una priorización e idealización de dicha persona que anula nuestros propios intereses, círculo social y cualquier actividad de nuestra intimidad que nos proporcione felicidad en solitario.
Suelen ser personas preocupadas en extremo en complacer a los demás, por lo que es difícil que expresen sus preferencias o que presenten su disconformidad ante algo. Aparece así la voracidad afectiva, es decir, deseo de acceso a la otra persona constantemente. La persona dependiente procura pasar cuanto más tiempo posible con su pareja, minimizando los problemas y siendo excesivamente indulgentes con sus defectos y los problemas de la relación.
No solo existe la dependencia emocional en las relaciones de pareja. Esta también puede aparecer en relaciones de amistad, familiares, con compañeros y personas cercanas en general.
Por otro lado, el uso de las redes sociales y el uso de instrumentos tecnológicos que permiten una conexión inmediata y constante con otras personas, también puede ser un elemento que contribuya al establecimiento de la dependencia emocional.
En definitiva, además de la baja autoestima, los rasgos y trastornos más frecuentes en la persona con dependencia emocional son:
Para poder superar la codependencia es preciso centrarse en dos elementos fundamentales: la autoestima y la autonomía. La psicoterapia debe constituir la base para superar o minimizar la dependencia emocional.
El tratamiento de la dependencia suele tener lugar después del final (indeseado) de una relación. El efecto de esta pérdida es el que suele llevar a la persona dependiente a buscar alivio a su dolor. En este sentido, la terapia para superar la dependencia emocional debe consistir en aliviar los síntomas de ese dolor o “abstinencia”, cuando la ruptura se ha consumado. El refuerzo de la autoestima y la autonomía y la reversión de las creencias erróneas del paciente sobre sí mismo y sobre sus relaciones deben estar en el epicentro de la terapia.
La liberación de la dependencia determina un cambio de prioridad en el que la persona se valora y respeta más a sí misma, lo que cambia radicalmente el tipo de relaciones que se establecen con otras personas. Para respetar a los demás y ser respetado, primero te tienes que respetar a ti mismo.Te recomendamos SEO y posicionamiento SEO
La casi inevitable ruptura de la relación de la persona dependiente constituye un auténtico drama que determina un grave desequilibrio emocional. Para que ello no suponga un acontecimiento traumático insuperable para la persona con dependencia emocional, existen varias claves que pueden servir de ayuda en el arduo trabajo de volver a recuperar el rumbo de su vida.
Lo primero es desterrar la idea de que la solución consistirá en comenzar cuanto antes una nueva relación de pareja, ya que en ese caso se estaría sustituyendo “una pieza por otra”, pero la dependencia seguiría existiendo, ya que no estamos haciendo frente a esa ansiedad por separación. El objetivo debe ser aprender a vivir consigo mismo, saber disfrutar y saber sentirse bien sin depender de otros.
La autoestima y autoconfianza se deben trabajar más que nunca para superar lo antes posible esta situación. Es importante atreverse a hacer cosas que antes no se hacían (por ejemplo, ir al cine solo y experimentar nuevas situaciones que, con el tiempo, pueden ser positivas). Es necesario aumentar las fuentes de bienestar, “darse caprichos”, invertir tiempo en sí mismo. Otro aspecto importante es apoyarse en la gente que le quiere, sin monopolizar las relaciones y conversaciones entorno a la ruptura y a la relación que acabó.
En definitiva, la clave consiste en que, a pesar del sufrimiento, se fomente la acción, se promuevan actividades y se huya de una actitud pasiva y contemplativa. Poniendo de su parte, el dolor desaparecerá cuanto antes.
Cuando se produce la ruptura de una relación se transita por diferentes fases o estados emocionales.
Al terminar una relación es habitual pasar por un “duelo”. La expareja ya no está y es normal experimentar un proceso de pérdida. Sin duda, conocer estas fases servirán de ayuda para entender el proceso por el que se atraviesa y evitar ciertas situaciones complicadas que pueden provocar aún más dolor.
Fuentes
Cómo superar la dependencia emocional
La dependencia emocional hace referencia al comportamiento en las relaciones afectivas en el que se establece un vínculo supeditado siempre a la pareja, lo qu
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2025-01-16
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